“En la acción política, la escala de valores de todo peronista es la siguiente: primero la Patria, después el Movimiento y por último los hombres”. Juan Domingo Perón, 17 de octubre de 1950.
La gravedad de las crisis económica y social, de origen multicausal, que atraviesa la Argentina por estas horas nos convoca a todos aquellos que integramos y nos sentimos parte del Movimiento Obrero Organizado, a marchar reiterando nuestra exigencia de protección integral para todos los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados.
La patria libre, justa y soberana por la que San Martín luchó, reclama compromisos firmes para mitigar la injusticia social que hoy nos asfixia.
Interpelamos con esta marcha a todos los actores políticos con responsabilidad representativa a comprometerse con el destino común de los argentinos, abandonando la mezquina confrontación electoral en beneficio de intereses individuales.
La inflación ha alcanzado niveles intolerables que pulverizan el poder de compra de todos los trabajadores.
Mucha de la responsabilidad depende de sectores que se han apropiado de ganancias en tiempo de pérdidas para los trabajadores y trabajadoras.
No es ajeno a esto la irresponsabilidad económica de los grandes formadores de precios que remarcan el valor de los productos esenciales para mejorar los márgenes de ganancias.
Como tampoco la especulación financiera en búsqueda de una devaluación que sólo favorece a los grupos económicos concentrados y empobrece a la gran mayoría de los argentinos.
Es hora que todos los sectores populares aseguremos una política antiinflacionaria con amplio consenso social, sin excepción y alcancemos acuerdos justos que permitan a los trabajadores, activos y pasivos mejorar plenamente sus ingresos.
Los salarios acordados colectivamente, en paritarias libres, por sector de actividad, son los garantes mínimos que movilizan y desarrollan un mercado interno legítimo y creciente. El movimiento obrero con responsabilidad y firmeza, en ese ámbito de discusión, va a posibilitar recomponer el poder adquisitivo salarial para crear las condiciones de un acuerdo que garantice estabilidad.
Hoy, el desafío que nos convoca, es la construcción, entre todos, de una sólida y duradera plataforma de Acuerdo Nacional de amplio consenso sobre políticas de Estado de corto, mediano y largo plazo. Para ello es imprescindible evitar consignas vacías de contenido o ejercicios políticos que apunten solo a la cuestión coyuntural.
La actual crisis requiere de manera urgente acordar y llevar adelante con consenso político, medidas macroeconómicas que eviten una dramática profundización de la actual crisis, contribuyendo a la estabilidad monetaria, a detener el proceso inflacionario (un verdadero impuesto a la pobreza que licúa el poder adquisitivo de los salarios) y la exclusión social, a recrear la confianza y previsibilidad para fomentar la inversión productiva y las exportaciones con valor agregado que promuevan el trabajo argentino. Es responsabilidad de todo argentino de buena fe de combatir, también en el sentido de la búsqueda de soluciones, a aquellos que especulan con la crisis solo con una mirada egoísta y lucrativa.
En ese camino que pretendemos, bien describe el Papa Francisco acerca de que “de las crisis nunca se sale solo. Si no sabemos asumir una crisis, inmediatamente la transformamos en conflicto. De las crisis no se sale igual. Se sale mejor o peor”.
Desde la C.G.T. R.A. sostenemos que el progreso y el bienestar individual son consecuencia de una construcción colectiva. Y esa construcción colectiva necesariamente requiere de la concertación y el compromiso de todos los sectores representativos de la sociedad. La situación actual de nuestro país demanda un nuevo contrato social sobre los pilares del desarrollo, la producción y el trabajo. Sin alcanzar estas metas será imposible lograr un modelo de crecimiento federal, inclusivo y equilibrado.
Desde esta movilización planteamos el compromiso conjunto de todos los actores sociales a asumir esta crisis en toda su dimensión y superarla con el aporte de todos y todas. Con todos y todas. A no transformarla en un conflicto irresoluble del presente que comprometa el futuro de las argentinas y argentinos. Convirtámosla en oportunidad y salgamos mejor y mejores de la crisis actual que atraviesa la Argentina.
El fortalecimiento del diálogo social institucionalizado es el ámbito apropiado para la concertación de un núcleo de coincidencias básicas para poner en marcha políticas orientadas al crecimiento económico, la generación de empleo genuino, la inversión productiva y el desarrollo sustentable.
La gravedad de la situación actual demanda soluciones urgentes y profundas. La transición hacia un proceso de recuperación de la Argentina requiere de la instrumentación de una transición justa y de políticas superadoras del pasado y del presente, basadas en consensos amplios, previsibilidad, confianza mutua y grandeza política que recreen la legitimidad pública y privada de las instituciones. La confianza de nuestra sociedad.
Profundizar la grieta, solo nos conduce al abismo.
Es tiempo de consensos, de acuerdos. Sin perder la identidad y la representación genuina y legitima de cada sector, pero priorizando el bien común.
PRIMERO LA ARGENTINA, PRIMERO LA PATRIA